sábado, 4 de septiembre de 2010
El amor a un hijo
El sustituto es una película que cuenta una historia verdadera acerca de una mujer en busca de su hijo desaparecido. Después de varias semanas desde la desaparición del hijo de esta señora; la policía encontró al supuesto hijo, al verlo, la señora se dio cuenta que éste en realidad no era su hijo, debido a esta situación la policía trato de convencerla de que en verdad era su hijo y que la que estaba mal y confundida era ella. Nunca pudieron convencerla ya que ella estaba cien por ciento segura que su hijo seguía desaparecido; al ver que la policía no quería aceptar su error y que ésta debía de seguir buscando el paradero de su hijo en vez de desperdiciar el tiempo tratando de convencerla, la dama recurrió a los medios de comunicación, dónde informó que el niño que la policía le había entregado no era su hijo, Walter. Al verse envuelta en una controversia, la policía inmediatamente y sin seguir las normas legales metió injustamente a la mujer a un hospital psiquiátrico. Las autoridades declararon que ésta medida extrema tuvo que ser tomada debido a que la mujer estaba mal de sus facultades mentales al no aceptar a su “hijo” y que ponía en peligro su integridad como la del niño. Al final la liberaron, enjuiciaron a los tenientes de la policía por no haberle hecho caso a la señora y por haberla puesto en un hospital psiquiátrico sin ninguna razón lógica. También se descubrió que el verdadero hijo de la señora había sido secuestrado por un asesino, el cual había asesinado a varios niños. El criminal nunca confesó si en verdad había matado al niño o si había sido uno de los tres niños que habían logrado escapar de sus garras. La mujer nunca dejó de buscar a su hijo.
Esta historia es un admirable ejemplo del amor de una madre a un hijo. Este sentimiento es indestructible e irremplazable. Es inexplicable como el instinto maternal puede vencer a cualquier autoridad. En mi opinión esta mujer es sin duda una persona con una gran determinación ya que no cualquiera se enfrenta a los corruptos y a los criminales. Nunca nadie pudo convencerla de que el niño que la policía le había entregado era de ella porque su corazón y su mente le decían que su razón de vida seguía desaparecido. La admiro y creo que las verdaderas madres son como ella. Las mamas que en serio aman y protegen a sus hijos harían lo mismo que hizo ella, si estas estuvieran en sus zapatos.
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