domingo, 10 de octubre de 2010

La salvación eterna

Me he dado cuenta que vivimos en un mundo realmente materialista. Le damos mucha importancia a lo qué dirán los demás, a los bienes materiales que poseemos, entre muchas otras cosas. Tristemente, nosotros como hijos de Dios, nos estamos alejando cada vez más de El. Al alejarnos de El, nos estamos olvidando de nuestra salvación eterna.   Hoy en día mucha gente esta distraída por las tentaciones y las cosas materiales que fueron creadas por el mal para descarrilarnos del verdadero objetivo de la vida que es la búsqueda de la salvación de nuestra alma.  Deberíamos de enfocarnos en lo que en realidad es importante y en alejarnos de las distracciones que al final de cuentas no sirven de nada.
 Si queremos ser salvados por Dios debemos de  promulgar y creer que Jesucristo es nuestro salvador, que murió en la cruz para el perdón de los pecados de toda la humanidad, que está en la gloria con nuestro padre, Dios; y que de nuevo vendrá a juzgar a vivos y muertos; y su reino no tendrá fin. Sí, durante nuestra estancia en el mundo terrestre promulgamos ésta fe, automáticamente estamos exentos por Dios y seremos bien recibidos en su Reino. En cambio, sí nos la pasamos perdiendo el tiempo en el mundo terrestre, al morir, Dios nos juzgara por nuestros pensamientos, palabras, obras y omisiones. Las cosas que hiciste, así como las que no hiciste serán juzgadas por nuestro Señor.
Debemos de cambiar nuestra forma de vivir la vida. Tenemos que enfocarnos en la salud de nuestro cuerpo espiritual y no en la de nuestro cuerpo físico, ya que este último se convertirá en polvo y el otro simpre vivira en nosotros.

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