domingo, 10 de octubre de 2010

Los frutos de la vida

Para mí, la realidad son todos los momentos, tanto malos como buenos, que uno vive. Gracias a estos momentos uno sabe lo que significa amar, valorar, ayudar, sonreír, llorar, comprender, etc. En base a estas experiencias el ser humano moldea su forma de ser, de sentir y de pensar.
Los malos recuerdos no siembran frutos buenos; sus frutos son agrios y amargos, a la larga pueden perjudicar el alma, el cuerpo y/o el de los seres queridos. En cambio el fruto de los buenos recuerdos está lleno de deliciosos sabores dulces, los cuales aportan una pequeña dosis de bondad y sabiduría para el corazón y mente. Para en verdad saber lo que es la realidad se necesita probar estos dos frutos, ya que al conocer la sensación que produce cada fruto, uno como persona será libre de elegir cual fruto es el que quiere seguir saboreando y de cual debería alejarse.  Yo, elijo el fruto dulce porque es el que me da paz espiritual y mental. Aunque en ocasiones pruebo el fruto agrio, trato de sacarle provecho a este, a través de los errores es como uno aprende a seguir el camino del bien. ¡Hay que degustar la vida al máximo!

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